miércoles, noviembre 06, 2013

“DESPIERTA DE UNA VEZ”: PALOSANTO DE ENRIQUE BUNBURY

Por Jorge Ladino Gaitán Bayona
(Profesor de la Universidad del Tolima,
Integrante de la Tertulia Tinta de Búho


Bunbury, peregrino de canciones y libros (no en vano su nombre artístico lo toma de un personaje de la novela La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde) nunca se queda quieto en una sola propuesta estética. Sus discos no son simples variaciones de un mismo concepto. Por eso, luego de Licenciado Cantinas (un álbum donde hace sus versiones de clásicos populares de la música latinoamericana), sorprende con Palosanto (2013), un disco de rock que oscila entre una lectura mordaz del mundo contemporáneo y la mirada interior que indaga los sentidos del amor, de la solidaridad, del propio arte y de una conciencia crítica frente al pasado pues “cada esquina / nos devuelve nuestra historia”, tal como lo indica en el tema “Plano secuencia”.

Varias canciones del más reciente disco de Enrique Bunbury tienen letras de una cuidadosa elaboración poética, por ejemplo “Noticias imperiales”,  donde se encuentran versos como “riega mis desiertos / de cuerpo prestado”. En dicha canción pareciera advertir que en las cosmogonías antiguas hay muchas enseñanzas valiosas para los problemas de hambre y destrucción de la naturaleza que agobian el presente. De ahí que invite a revisitar los tiempos del mito y de los rituales aztecas: “…y las alas de tus pies / de plumas de Quetzal / recaudadas en ofrendas”.  Para el artista español, en vez de las épicas que han hecho “de la historia un fraude”, es primordial romper con los nacionalismos y no olvidar cuanto horror provocaron los Cortés, Aguirre, Pizarro, Fujimori o Pinochet; todos ellos apellidos monstruosos a los que se hace el ajuste de cuentas en la canción “Hijo de Cortés”: “No me digas hijo de Cortés / no digas más palabrotas / que Moctezuma jamás se vengó / de este vuestro hermano sincero o idiota”.



Resulta fundamental resaltar que la belleza de Palosanto se funda en la embriaguez sonora de sus canciones: el rock se enriquece con elementos sinfónicos y hasta el  góspel de un trio de mujeres. Su belleza posibilita, a la vez, una  reflexión sobre la historia (el eco de los horrores de la Conquista y las dictaduras en Suramérica) y un presente donde las manifestaciones y protestas se toman las calles para denunciar múltiples crímenes económicos, sociales y culturales de la globalización. Justamente el primer tema del disco se titula “Despierta” y en él –como lo sugiere igualmente el video musical- es necesario romper con una vida zombi que repite en el confort de la casa lo que dicen los aparatos titilantes (televisores y tecnologías que ponen la virtualidad por encima de la experiencia): “Despierta de una vez / respira / y bébete el aire”. El mismo Bunbury ha reconocido que durante la composición del álbum las expresiones rebeldes estallaban en varias geografías:

En los tres años en los que estuve escribiendo el material que configura este álbum, el hartazgo y alienación llevó a jóvenes y no tan jóvenes, a salir a la calle a manifestar el descontento y desencanto, en México, España, Chile, Colombia y USA. En Grecia, en Túnez, en Inglaterra y en tantos otros lugares del mundo, simultáneamente. Intenté hacer un disco social y dar voz a un sentimiento general, pero he vuelto a hablar de mí mismo y de cómo lo viví y sentí. Divido el álbum en dos partes: La primera, musicalmente más digital y tecnológica, abarca el inicial entusiasmo, el cinismo de algunos, la desesperación y negatividad de otros y la lógica conclusión de que ninguna revolución triunfó sin derramamiento de sangre. La segunda, musicalmente más orgánica, es la mirada hacia el interior: el verdadero cambio sólo es posible en un círculo mínimo de amistad o de pareja, la validez y actualidad de la cosmogonía indígena, y la conclusión final de que el verdadero cambio empieza y acaba en uno mismo y que todo cambio, o es verdaderamente espiritual, o no lo es  (Bunbury, Palosanto: un modelo de ovni vintage de los cincuenta, 2013).


Palosanto, el octavo álbum de estudio en solitario del cantautor nacido en Zaragoza en 1967, es el fruto depurado de un artista que no olvida su condición de intelectual.  Por eso sus quince canciones no carecen de contexto, de malestar social,  lectura trágica del mundo y grito para dar vuelo otra vez a la rebeldía, tal como señala en “El cambio y la celebración”: “Muere un poco / para nacer mejor / de un parto doloroso / es el cambio y la celebración / te guía la luna / y te alimentas del sol”. Ellas están cargadas de gestos reflexivos; son una suerte de arte poética pues invitan a crear canciones que estén llenas de pasos, de caminos, de historias donde el sujeto individual se reconozca como sujeto colectivo, tal como advierte en “Prisioneros”: “Las grandes canciones / son las que necesitamos / al ritmo sincopado / de las suelas de tus zapatos”.  



Referencias


Bunbury, E. (2013). Palosanto. Ocesa. Distribuido por Warner Music Colombia.

Bunbury, E. (2013). Palosanto: un modelo de ovni vintage de los cincuenta. Página oficial de Enrique Bunbury. Recuperado de: http://www.enriquebunbury.com/


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Esta reseña figura también en la página oficial de Enrique Bunbury. Ver acá:


LA POESÍA COMO CONTRACARA DE LA VIOLENCIA COLOMBIANA EN LOS VELOS DE LA MEMORIA, DE JORGE ELIÉCER PARDO RODRÍGUEZ

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