sábado, agosto 27, 2011

LA COMUNIDAD DE LOS ROCKEROS


Por Nelson Romero Guzmán

(Poeta y ensayista colombiano)


El libro de poemas Manicomio Rock (Bogotá, Editorial Universidad Nacional de Colombia, Universidad del Tolima, 2009) de Jorge Ladino Gaitán encierra una clave en la vida del rockero Charly García: la leyenda de sus pasos constantes por los hospitales psiquiátricos, pero que igualmente puede leerse sin ese prejuicio, pues el libro de poemas como tal no asume al ídolo en la tarima, en el tragaluz del espectáculo, sino que a través de imágenes poéticas que aventuran el delirio, la enfermedad y el desarraigo, nos develan al artista del rock en su lucha interior con la música y sus propias composiciones (Tu vicio o Me tiré por vos), en diálogo con otros elegidos de su estirpe (Janis Joplin, Kurt Cobain, Jimi Hendrix, Angus Young y Michael Young), así como el propio músico expresa su rabia frente al mundo desde la literatura, o más exactamente permitiendo el encuentro entre música y literatura. La música, la vida del músico, conforman la materia bruta del libro; la forma como expresa esa intimidad, las imágenes alucinatorias que lo configuran, definen su poética y el mayor atractivo en la lectura.

El libro está subtitulado en tres partes significativas: Puertas adentro, Puertas afuera y Cadena perpetua. Rastreados en su lectura esos tres apartados, el poemario alude a un adentro (la intimidad, los sueños con sus pesadillas, el yo en permanente hastío, la soledad), a un afuera (el mundo en descomposición, el tedio de los minutos, la realidad exaltada por los sentidos, lo fantasmagórico) y a una ironía de la prisión (la conquista de la libertad encadenada a través de la literatura: Borges, José Emilio Pacheco, Alejandra Pizarnik, Amado Nervo, Joyce, Homero, Sófocles).

El rock alude a una expresión cultural de la libertad cercana al desarreglo de los sentidos, que excita a la juventud a una expresión de su mundo sin prejuicios, simbolizado en el golpeteo rítmico del metal y demás instrumentos fusionados en la orquesta, así como las letras de las composiciones. Esos componentes, más una manera propia de asumirlo socialmente desde la moda y el espectáculo, produce la imagen de un caos, de un manicomio. Aprovechando esa confusión, más la figura de Charly García que lo asume desde su experiencia interior, llevan al lector, poema tras poema, al encuentro con una pequeña “temporada en el infierno” que evoca a Rimbaud, o el ambiente delirante de “Las cantinas” en Maicol Lowry. Jorge Ladino se vale para expresar la locura del rock (de su interioridad o carnalidad) a través del recurso poético de la imagen de contenido fuerte, espeluznante, a veces desde el yo despersonalizado en Charly García, o a partir de la confesión de otros roqueros que son testigos a través de la música de un mundo polvoriento, en el cual el artista asume la suciedad, la enfermedad, la locura y sus delirios: “Pueden llamarme Dios o Charly”. Imágenes del libro rastreadas en varios poemas, como: la música funda la tormenta, creo en el infierno que soy, país de cristal para feriarlo a los ciegos, ¡soy leño de mi propio infierno!, mi cuerpo es hospicio de fantasmas, le otorgan a la expresión un tono contestatario como las letras de las canciones de Charly, pero cargadas de sentido poético.

Entre los méritos de Manicomio Rock tenemos la capacidad del lenguaje para transfigurar la expresión del rock como materia poética, para lo cual Jorge Ladino no exalta la figura de Charly García como uno de los mejores representantes de esta música en español, sino que la sondea en lo oculto, en su propio desgarramiento frente a la realidad que oscila entre un adentro y un afuera con múltiples presencias, intuiciones y sorpresas en el mundo interior del artista; es a ese submundo del alma del cantante a donde viaja la palabra de Ladino, para extraernos ricas imágenes y confesiones no de un yo confesional, sino de una historia personal que involucra el instante de encuentro entre el rock (ahora hechos poesía), con su comunidad de adeptos:


Réquiem


Es la memoria

(bosque en llamas).

Atrapa tu nombre entre sus labios.

El silencio apunta con sus ojos de siempre:

¿Cuántas muertes en tu ojo izquierdo?

¿Cuánto olvido en tu ojo derecho?

Caía la ciudad y sus pétalos de sombra.

Siempre ajenos el grito y la herida.

Hoy la culpa estalla en pájaros.

Es tarde para la tregua.

Un árbol cruje y un poema arde en su vuelo.


Este es el libro de un admirador del rock instalado en la poesía, que une las líneas que parecen separar la música y la literatura. Con Manicomio Rock, Jorge Ladino resultó ser primer finalista en el Concurso Nacional de Poesía María Mercedes Carranza (2006).

--------

Esta reseña de Nelson Romero Guzmán del libro de poemas Manicomio rock (Bogotá: Editorial Universidad del Tolima, 2009) fue publicada en: Tiempo de palabra, revista de arte y poesía, Año 9, No. 12, Ibagué, Mayo de 2010, 61-63.

Información del autor de la reseña: Nelson Romero Guzmán nació en Ataco (Tolima-Colombia) en 1962. Graduado en Filosofía y Letras de la Universidad Santo Tomás. Tesis laureada en el Magister en Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira en convenio con la Universidad del Tolima. Ganador de varios premios nacionales: Premio Nacional de Poesía Ciudad de Bogotá 2007; Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia en 1999; Premio Nacional de Poesía Fernando Mejía Mejía en 1992. Incluido en varias antologías de poesía colombiana. En su obra lírica se encuentran los siguientes libros: Visión bajo el relámpago (2009); Obras de mampostería (2008); La quinta del sordo (2006); Grafías del insecto (2005), Surgidos de la luz (2000); Días Sonámbulos (1988).

LA POESÍA COMO CONTRACARA DE LA VIOLENCIA COLOMBIANA EN LOS VELOS DE LA MEMORIA, DE JORGE ELIÉCER PARDO RODRÍGUEZ

  Jorge Ladino Gaitán Bayona (Grupo de Investigación en Literatura del Tolima, Universidad del Tolima)     Ponencia del 13 de noviembre de 2...